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  • Con la ayuda de sus padres y maestros, un grupo de pequeños de educación inicial repartieron arroz con pollo a los afectados por la tragedia en Villa El Salvador.

Demostrando que la solidaridad es uno de los principales valores que se inculcan en las escuelas públicas, un grupo de niños y niñas que son parte del programa Lima Aprende acudió a brindar ayuda a la zona afectada por la explosión de un camión cisterna en Villa El Salvador. Con apoyo de sus familias y maestros, prepararon y repartieron almuerzos a los afectados.

Se trató de niños y niñas en su mayoría migrantes que estudian en la I.EI. N° 652-22 Señor de los Milagros, ubicado en Villa El Salvador. Ellos no quisieron quedarse atrás y se pusieron manos a la obra para ayudar aprovechando una de sus clases de mini chef.

El lunes compartieron un aguadito y este último martes se organizaron para preparar un arroz con pollo y repartirlo en la zona donde se ubican las personas afectadas. Desde muy temprano se esmeraron en preparar este potaje, pese a que para muchos representó todo un reto al ser la primera vez que lo preparaban por su condición de extranjero.

Las personas que estaban en sus carpas olvidaron por un segundo la tragedia que los embarga para reconocer este gesto solidario de los menores de educación inicial. Por su parte, la acción sirvió para demostrar el compromiso de todos los involucrados para promover una educación con valores a todos los beneficiados con Lima Aprende, un programa iniciado por la Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana (DRELM).

Lima Aprende, en su componente Inclusión, es una estrategia que el año pasado permitió a las escuelas de Lima Metropolitana ofrecer 10 mil vacantes de inicial y primaria a niños y niñas que quedaron fuera del sistema escolar. Los nuevos estudiantes empezaron sus clases el 10 de junio de 2019, las cuales culminarán en febrero del 2020.

Cabe recordar que, desde el pasado viernes, la DRELM brinda soporte socioemocional a los menores afectados por la tragedia. Los niños y adolescentes entre 3 y 11 años de edad fueron acogidos en las carpas de refugio que funcionan como albergues temporales y cuentan con atención especializada a cargo de docentes y psicólogos.