PORTERO

  • Teodoro Espinoza tiene 18 años como guardián, de la I.E. 0090 Daniel Alcides Carrión, de San Juan de Lurigancho. 

El próximo miércoles 15 de setiembre se iniciará el plan piloto para el retorno a clases semipresenciales en Lima Metropolitana, en 16 instituciones educativas. Por tal motivo, las escuelas se vienen preparando con todo su personal administrativo para recibir a las niñas, niños y adolescentes en las mejores condiciones.

En las II.EE. de las 7 Unidades de Gestión Educativa Local (UGEL) de la capital, hay un total de 8,786 trabajadores que forman parte del personal administrativo. Y en esta cifra, se encuentran incluidos los guardianes de las instituciones educativas.

Para muchos de ellos, los colegios ya son como su segundo hogar. Este es el caso de Teodoro Espinoza Pagán (55), natural de Cerro de Pasco. Él es el guardián de la I.E. 0090 Daniel Alcides Carrión, de San Juan de Lurigancho, desde hace 18 años, y durante la pandemia no solo se ha dedicado a vigilar el centro educativo, sino que, además apoya en las labores de limpieza y mantenimiento de los salones.

Espinoza Pagán estudió ingeniería zootecnia, en la Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión de Cerro de Pasco, sin embargo, no pudo culminar su carrera, también trabajó en una minera de la región. Tras el fallecimiento de su padre y los problemas familiares que se le presentaron, decidió mudarse a Lima en 1990.

Teodoro tiene conocimientos de electricidad, gasfitería y albañilería, que con todo gusto pone al servicio de su I.E. “Nadie quería venir por temor a contagiarse, pero yo puedo resolver todo rápido. Cambio fluorescentes, interruptores, apoyo en la limpieza, si se necesita. Estoy presto para ayudar en lo que disponga el director”, sostuvo.

Cuando llegó en el 2003 para ocupar la plaza de guardián en el colegio, no la tuvo fácil ya que la zona donde se ubica la I.E. —en Campoy— era insegura. Además, debido a que el cerco del colegio no estaba concluido, por las noches ingresaban delincuentes para intentar robarse el mobiliario y los útiles de los estudiantes.

Lejos de declinar en su trabajo, Teodoro Espinoza decidió involucrarse más con los vecinos de la zona, se hizo amigos, además, consiguió contactos en la comisaría y el serenazgo del distrito. Asegura que ahora todos lo apoyan para mantener seguro el colegio. 

“Tuve temor, lo pensé, pero me quedé a trabajar por mis hijos. Ahora dos de ellos son ingenieros, de la Universidad San Marcos y la Villarreal. Y quiero que mi otra niña, de 10 años,  también sea profesional, más adelante. Yo en el colegio ahora estoy tranquilo, y si tengo problemas, tengo el apoyo de mis 6 perros que me cuidan todo el tiempo”, sostiene Teodoro Espinoza.

Sobre el regreso gradual de los estudiantes a las clases presenciales, Teodoro se muestra contento, ya que sostiene que siempre se extrañan las voces de los menores en las aulas. “Siempre tuve un trato de respeto con ellos. La prueba es que hay chicos que fueron estudiantes, y ahora son padres de familia, que cuando me ven, me saludan. Yo siempre me manejé portándome bien, dedicándome a mi trabajo, y eso habla por si solo para dar el ejemplo”, destacó.

Por otro lado está José Cárdenas Vega, guardián de la I.E. 27 de Marzo, de San Juan de Lurigancho. Actualmente tiene 5 años en este puesto e indica que durante la emergencia sanitaria aprovechó para reforzar los cercos perimétricos de la institución con calaminas.

“Yo he sido maestro de obras, sé de albañilería. Había calaminas de los módulos antiguos que ya no se utilizaban y lo que hecho es reforzar el cerco para que no ingresen personas de mal vivir. Durante la pandemia siempre estuve aquí, tengo un espacio donde me quedo. Cada 2 o 3 horas me levanto en la madrugada y vigilo que todo esté en orden”, señaló.

portero de la i,e 27 de marzo

José Vega, es un ‘mil oficios’ al servicio de la I.E. “Mi deber es cuidar, pero aquí estoy para lo que me necesiten. Apoyo cuando traen el Qali Warma, además,  limpio, barro los salones, riego, arreglo las tuberías, conecto las luces, yo lo hago porque siento que este colegio es como si fuera mi casa”, aseguró.

Cárdenas Vega tiene un gran cariño por la institución, tres de sus hijos estudian en este colegio, en inicial y primaria, respectivamente. Además, cuenta que decidió aceptar el puesto de guardián porque la zona es muy insegura. “Tenía información de que se habían perdido niños, fue ahí que nació mis ganas de brindarle seguridad a este colegio, y también a mis vecinos”, manifestó.

Cabe mencionar que, tal como lo establece la Resolución Ministerial N°121-2021-MINEDU, documento normativo que trata sobre la disposiciones para la prestación del servicio en II.EE. públicas y privadas de la Educación Básica, en el contexto de emergencia sanitaria, todo el personal administrativo debe conocer e implementar las medidas de protección personal, de aplicación individual y colectiva, que tiene el colegio para prevenir el contagio de la Covid-19.

Siguiendo el Plan de implementación para la prestación del servicio educativo de cada I.E., los guardianes de los colegios que inicien clases semipresenciales o presenciales, servirán de apoyo para que los estudiantes ingresen a las escuelas, en grupos, y respetando la debida distancia de 2 metros.

Asimismo, deberán estar atentos —a lo igual que todo el personal de la escuela— a que se cumplan las medidas mínimas de seguridad dispuestas para evitar los contagios, como el uso correcto de las mascarillas de los asistentes, cuidar el aforo permitido, la ventilación de las aulas, el lavado y desinfección de manos, entre otras funciones.