• Su deseo es que las niñas y niños se eduquen por medio de los libros. En tanto, su maestra resalta que también impulsaba a sus compañeros de clase a leer

A los cinco años, Gabriela Yauri, ya leía en voz alta y sin titubear. Por ese motivo, recuerda que fue elegida para brindar las palabras de clausura de fin de año de su colegio, cursando aún en el nivel inicial. Hoy, a sus quince años, su objetivo es promover la lectura y contagiar a las niñas, niños, adolescentes y adultos, esa pasión que tiene desde muy pequeña por los libros. Gracias a la iniciativa que lleva adelante, sus vecinos de Ate tienen un libro para llevarse a casa.

Gabriela cursa el tercer año de secundaria, en la I.E. 787 Almirante Miguel Grau de Chaclacayo. Su amor por la lectura nace desde los 3 años. Ella se fracturó la pierna derecha luego de caer de su camarote y, recuerda como durante su etapa de recuperación lo único que la hacía feliz, eran los cuentos que le leía su madre en el hospital. “Me di cuenta de que me hacían olvidar mis problemas, podía trasladar mi mente a la escena de un libro. Decidí aprender a leer por mi cuenta, ya que mi madre me leía tantos cuentos que terminaba realmente cansada”, recuerda.

Un año después, a Gabriela le detectan un mal en la columna que le impedía crecer con normalidad. Para tratarse, tuvo que ir durante varios meses al Hospital de Niño y en ese lapso, los libros se convirtieron en sus mejores aliados para no deprimirse. “Viajaba durante 1 hora y media en el bus con mi madre para llegar al médico. Aprovechaba para leer la mitad de un libro por día. A veces quería que el viaje sea más largo, porque me entretenía tanto que quería acabarme todo el libro completo”, sostiene.

Ella destaca que la lectura permite desarrollar una gran capacidad de comprensión y, además, ayuda a retener información. Por otro lado, asegura que sirve para mejorar la ortografía y también brindar seguridad para desenvolverte con facilidad. “Hay que leer de todo, me gustan las historias de suspenso, los poemas, y también la literatura peruana. Entre mis autores favoritos están Mariano Melgar, Abraham Valdelomar, Cesar Vallejo, López Albújar, José María Arguedas y Bryce Echenique”, explica Gabriela.

Nadie se queda sin leer

En junio de 2020, Gabriela Yauri decidió compartir esa pasión que siente por leer, con los vecinos de su comunidad. Aprovechó que llegaban clientes a la librería de su casa y les ofrecía libros de forma gratuita. Empezó con dos estantes —ubicados en la puerta del negocio familiar— y 30 libros que tenía guardado como parte de su colección. “Aquí en mi zona no hay bibliotecas cercanas, entonces yo quería que los niños lean, les contaba un parrafito de las historias para generar su interés y luego se los llevaban. Yo no les pongo límite de tiempo para que me lo entreguen, mucho menos les cobro, la única condición que les pongo es que terminen de leer su libro”, asegura.

Su iniciativa rápidamente corrió la voz entre sus vecinos y gracias a esto continuamente recibe donaciones de libros. Toda su familia la apoya, su padre y su hermano recogen los textos que les regalan, mientras que su madre la ayuda en el control y el mantenimiento de los libros que se llevan sus vecinos. En la actualidad ya cuentan con 1,000 libros y esperan poder ampliar un espacio en el segundo piso de la casa para recibir a más usuarios.

“Aquí llegan niños, de entre 8 a 10 años, jóvenes de entre 25 y 30 años y también adultos. Yo me siento feliz porque se que estoy aportando sobre todo a los niños. Quiero que lean, que disfruten, me gustaría hacer dinámicas mientras leemos para que se enamoren de las historias. Quiero que cuando pase la pandemia traigan a sus amigos y estén aquí, sentados, leyendo y compartiendo las historias entre ellos”, señala Gabriela.

Pero, además, Gabriela espera el retorno de las clases presenciales para poner en marcha el proyecto que tenía planificado desde el año pasado en su colegio. “Quiero hacer un taller de lectores, con pequeños de primaria. Quiero mostrarles libros llamativos, para cultivar la lectura. Enseñarles con dinámicas, juegos, ya que es una forma entretenida de aprender”.

Esta adolescente confía en que la lectura la hará convertirse en una gran profesional. Ella aspira estudiar periodismo y con su trabajo espera ayudar a muchas personas a desarrollarse y educarse. “La educación que recibimos en la escuela, te abre puertas y te ayuda a ser una persona de bien. El colegio nos educa para ser ciudadanos empáticos y responsables. Pero también es un trabajo conjunto entre padres y estudiantes”, reflexiona Gabriela.    

“Es muy creativa”

Tanía López, maestra de Gabriela, en la I.E. 787 Almirante Miguel Grau, la conoce desde que cursaba el primero de secundaria y reconoce que es una estudiante destacada. “Es muy creativa, auténtica, deja sentir su pensamiento crítico y fundamenta sus respuestas muy bien”, sostiene.

La maestra cuenta que Gabriela, en las clases, también compartía todo lo que leía con sus compañeras, por ello no le sorprende que, a su corta, lleve adelante esta iniciativa y promueva la lectura en su comunidad.

“En clases, me sorprendía la forma en cómo respondía a las preguntas que le hacía. No solo respondía, te argumentaba con otros libros que ella había leído. Conversé con sus padres y les dije que fortalezcan ese don que tiene, es muy interesante”, sostuvo la docente.