•  Ha participado de las sesiones de comunicaciones para el programa Aprendo en casa. Sin embargo, resalta que la mayor felicidad de un docente es cuando se junta con sus estudiantes

Flor de María Calixtro Salinas tiene más de 16 años como docente y comparte esta misma vocación con su madre y hermana, quienes también son maestras. Confiesa que mira a todas sus estudiantes con ojos de madre y de amiga, y asegura que no se ve trabajando en otra cosa en el futuro. “Para mí ser docente es un placer de la vida y también una ventanita de refugio para mis problemas”, sostiene.

En el 2019, con sus alumnas de secundaria de la I.E Argentina, del Cercado de Lima, ganaron el Óscar Literario-Mujer más allá del Género, en el Concurso de Mentoría en Buenas Prácticas 2019 del Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación Peruana (Fondep). El proyecto tenía como tema central fomentar la igualdad de género y oportunidades entre hombres y mujeres, a través de la literatura, las técnicas cinematográficas, así como de las tecnologías de información y comunicación (TIC)

En total fueron nueve cortometrajes que se realizaron en dicho año con esta buena práctica, afirma Flor de María. Y gracias a esta iniciativa que continuó desarrollándose durante las clases no presenciales del año pasado, sostiene que hay evidencias de un progresivo empoderamiento de las estudiantes, y también de un crecimiento en sus habilidades de comunicación.  

Gracias a esta iniciativa se logró que las escolares de primero a quinto año de secundaria de la I.E. Argentina trabajen de manera articulada y se sientan protagonistas de su propio proyecto. A su vez, han desarrollado hábitos de lectura durante la búsqueda de información constante para la elaboración de los guiones. Por otro lado, aprendieron a organizarse y a funcionar como equipo para sacar adelante los castings, entrevistas, spots publicitarios, tráilers de cortometrajes, entre otras producciones. 

Flor de María señala que el reconocimiento del Fondep por el proyecto, y el agradecimiento y cariño que recibe de sus “chicas”, como ella las llama, le fue de gran apoyo para superar uno de los momentos más difíciles de su vida. “Un año atrás, en el 2018, tuve un accidente en la carretera de Ticlio. El auto en el que viajaba con mis amigas cayó a un precipicio y dimos seis vueltas antes de caer”, sostuvo.

Luego de este terrible accidente, Flor estuvo cerca de un año en recuperación por fracturas en las vértebras, no solo sufrió por el intenso dolor físico, sino que también quedaron en su mente los terribles momentos de esa trágica noche. “Yo ya no podía pasar por la Vía Expresa o una pista grande, sin que vinieran a mi cabeza esos recuerdos. No podía estar sola, tenía ansiedad y, además, en algunos momentos me daban ataques de pánico”.

El motor y la fuerza para recuperarse fueron sus estudiantes, resalta Flor. Ella contaba las horas para volver al salón de clases, bromear con ellas, escucharlas, reír con sus ocurrencias. A pesar de lo difícil que fueron los primeros días de su vuelta a las aulas, logró superar el pánico gracias a que “siento que mis alumnas, son como mi familia. Me siento a gusto con ellas”.

Docente en Aprendo en Casa

En los primeros días de abril del año pasado, Flor Calixtro recibió una llamada del área de comunicaciones del Ministerio de Educación para invitarla a formar parte del equipo de docentes que participan en el programa Aprendo en Casa. Sabían de su trayectoria y del gran cariño que le tienen sus estudiantes. “Me agarró por sorpresa, pedí dos horas para asimilar la invitación y dar una respuesta. Yo todavía estaba afectada por el accidente y no me sentía bien”, sostuvo.

Sin embargo, ella lo meditó bien y aceptó. “Me puse a pensar a cuántos niños voy a poder ayudar en esta pandemia con las clases. Ellos necesitan estudiar y yo puedo aportar”. Es preciso mencionar que no es la primera vez que esta maestra pone sus conocimientos al servicio de los niños y niñas. En los años de 1990, durante la época del terrorismo en el Perú, de forma voluntaria, Flor se paseaba por los locales de refugio para brindar clases a los estudiantes que encontraba.

Respecto al programa AEC, ella destaca el gran esfuerzo que hace todo el equipo del Ministerio de Educación para la producción de los programas. Había jornadas interminables para la elaboración de los guiones y las grabaciones. En algunos casos no tenían ni tiempo para almorzar. “En los primeros días yo llegaba a las 7:00 a.m. y me retiraba de noche. Mientras que los chicos de producción se quedaban todavía para alistar la próxima grabación”.

Flor de María participaba en las clases de comunicaciones durante 30 minutos en Aprendo en Casa, dos o tres veces por semana. Tenía la oportunidad de enseñar y de interactuar con un estudiante en el programa. Esta labor la realizó durante los meses abril, mayo y julio.

“Aprendo en Casa es muy interesante porque es un formato distinto al tradicional. Es muy didáctico, con una conversación fluida, y ahora también se ha incorporado la interacción del docente con los estudiantes de diferentes regiones del país”, resalta Flor de María.

No obstante, Flor Calixtro afirma que a pesar de la grata experiencia que vivió en Aprendo en Casa, para ella no hay mayor felicidad en el mundo que compartir una clase con sus alumnas. La prueba de esto, es que inmediatamente después de las grabaciones para el programa, la maestra llegaba a casa y se conectaba a las clases virtuales con sus estudiantes del cuarto grado de secundaria. “Mi cita con ellas era de 1:00 p.m. a 6:00 p.m. Es algo inexplicable el apego y el cariño que puedes llegar a sentir por tus alumnas”.