Jackelyn, que a los 17 años quedó embarazada, y que, inicialmente, vio interrumpidos sus estudios, hoy está a puertas de culminar el colegio —uno de sus más grandes anhelos— gracias al programa “Madres Adolescentes” del Centro de Educación de Básica Alternativa (CEBA) Estados Unidos, ubicado en Comas (UGEL N° 04).

Este programa fue creado por dicha institución en el 2016 y, en el 2018, fue uno de los ganadores del concurso “Laboratorios de Innovación Educativa” del Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación Peruana (Fondep).

El director del CEBA, César Méndez, destaca que, gracias a Madres Adolescentes, las jóvenes de 14 años en adelante pueden continuar sus estudios, sin necesidad de preocuparse por sus pequeños. Dentro de este centro educativo, funcionan dos módulos del Programa No Escolarizado de Educación Inicial (Pronoei) Mundo Feliz, que garantiza el cuidado y la estimulación temprana de los menores de uno a 3 años, mientras sus progenitoras se encuentran en las aulas.

Para aquellos casos, en que los menores tienen menos de un año, la institución les autoriza a las madres estar con sus hijos en las aulas, ya sea con un cochecito de mano o en brazos. “Para ellas, el horario es de 2:30 p.m. a 6:00 p.m., y están felices, el objetivo es que culminen sus estudios para que mantengan vivas sus esperanzas, las maestras no solo le brindar educación, sino que también las orientan en planificación familiar”, sostuvo.

En este momento son 24 madres de familia —que oscilan entre 16 y 26 años— que forman parte del programa, y la mayoría de ellas viven en Carabayllo, Puente Piedra y Comas, algunas tienen dos o tres hijos, y esto no es impedimento para que continúen estudiando.

Respecto a los módulos del Pronoei, están acondicionados con colchonetas, pelotas de plástico, juegos, además de sillas y mesas, para darles un adecuado cuidado a los pequeños, y gran parte de estos materiales, fueron entregados por el Fondep como parte del premio que obtuvo el CEBA en el concurso de 2018. Además, en cada espacio hay maestras y también estudiantes de la carrera de educación inicial, quienes velan por la seguridad de los niños.

Sueños intactos

Jackelyn Callupe (25), quien hoy se encuentra en el 4° grado del nivel avanzado, fue una de las primeras estudiantes en integrar el programa Madres Adolescentes. A pesar de los momentos difíciles que pasó durante su adolescencia, no deja de soñar, ni tampoco claudica en su intento de ser una gran empresaria.

Ella quedó embarazada a los 17 años, no pudo terminar el colegio en la Educación Básica Regular y se quedó en el 1° de secundaria. Durante varios años se dedicó a cantar y vender caramelos en vehículos de transporte público, incluso, sus maestras cuentan que la veían subir con su pequeña hija en brazos a los buses para llevar dinero a casa y así poder alimentarla.

Por su hija tomó la decisión de continuar sus estudios, por las mañanas trabajaba en los buses y cústers, y por la tarde iba al CEBA Estados Unidos para estudiar.

Además, trabajó como jaladora de buses, vendedora de zapatos, cosmetóloga, entre otros oficios. Sin embargo, sus sueños nunca cambiaron, quiere ser empresaria, crear su compañía y darle trabajo a madres solteras como ella, por ese motivo, nuevamente, Jackelyn, volvió al CEBA y juró que está vez no se retiraría hasta culminar su secundaria.

Este año, Jackelyn Callupe se prepara para terminar sus estudios. Por las mañanas trabaja en un taller de matricería, y el dinero que gana lo ahorra para estudiar la carrera técnica de Metalmecánica en Senati. Ella está contenta y agradecida con sus maestras y con la institución, por haber cuidado de sus hijos mientras ella estudiaba, afirma que, a pesar de sus problemas, tiene el espíritu más fuerte que nunca para alcanzar su anhelo de ser profesional y ayudar a muchas madres solteras que no tienen oportunidades.

“Cuando estás a punto de caer siempre hay algo que te impulsa, y en mi caso ha sido la perdida de mi abuelita, quien falleció en un accidente de tránsito hace unos años. Por ella y por mi hija seguiré adelante, porque soy consciente que sin estudios no voy a llegar a ningún lado. Aquí en el CEBA hay grandes maestras, que te escuchan y te aconsejan, y me gusta mucho los talleres alimenticios y de costura, estoy disfrutando el tiempo que me queda en el colegio”, resalta Jackelyn.

Estas mismas ganas de triunfar también la comparte Celsa Bellido (19), quien este año se integró al programa Madres Adolescentes, y se encuentra cursando el 1° del nivel avanzado. Ella cuenta que quedó embarazada a los 16 años y lamenta no haber seguido los consejos de su madre, por el contrario, recuerda que era muy desobediente, no le gustaba ir al colegio y prefería salir a la calle para reunirse con malas amistades.

Sin embargo, con la llegada de su hija, su vida dio un giro de 360°, recordó que tenía metas y sueños. Celsa quiere ser doctora, como su tía, y especializarse en pediatría, trabajar en una clínica especializada en recién nacidos. “La hermana de mi mamá es doctora, pero al tener su hijo dejó todo por falta de apoyo, yo no quiero eso para mí, tengo ganas de triunfar, quiero que mi hija tenga una mejor calidad de vida, por eso estoy bastante firme con el estudio”, señala.

Todas las mañanas, desde las 6:00 a.m., Celsa ya está despierta para preparar el desayuno de su pequeña, las siguientes horas se dedica a cuidarla, y por la tarde se reúne con sus compañeras en el aula para iniciar sus clases. Ella se siente feliz y en familia, ya que, indica, sus compañeras tienen los mismos problemas, pero también las mismas aspiraciones que ella. Todas luchan por sus familias, por sus hijos y son conscientes que la única garantía para triunfar en la vida, es la educación.

“Me parece increíble que ahora soy yo la que aconseja a mis amigas, que están embarazadas, y que tienen la misma edad que yo, a que vengan al CEBA, a culminar sus estudios. El ambiente es muy bueno, he tenido la oportunidad de traer a mi hija, y está conmigo en el salón, las maestras son muy comprensivas, me entienden y hasta se dan tiempo de jugar con mi pequeña y aconsejarme”, resalta Celsa Bellido.

Por su parte, Mercedes Lázaro, coordinadora y maestra de comunicación del programa Madres Adolescentes, sostiene que ve a sus estudiantes con ojos de amiga y de madre, ya que ella también tiene hijas adolescentes. “Tengo cinco años en el CEBA, les aconsejo como si fueran parte de mí familia, incluso, con otras docentes las hemos ido a buscar a sus casas cuando no llegaban a clases. La clave es ser paciente, hablarles de forma grupal y también personalizada, porque muchas veces llegan con miles de problemas, lo importante que es terminen sus estudios, yo les hago recordar a ellas que también estudian por su familia, por sus hijos y por un mejor futuro”, indicó.