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  • Día del Padre: Con 28 años dedicados a la docencia, Julio Espinoza Herrera no solo puede llamar colega a la mayor de sus hijas. Ambos comparten, con amor y responsabilidad, el reto de enseñar a los más pequeños del sistema educativo.

Paradójicamente, el docente de la IEI N° 101 La Aldea, ubicada en Lurigancho-Chosica (UGEL N° 06), Julio Espinoza Herrera, no pudo hacer inicial, cincuenta años atrás, en su natal Cerro de Pasco, no existía un colegio para ese nivel.

Pero su infancia, en la que recibió la protección de su familia, estuvo marcada por los buenos profesores de la escuela primaria “Centromin Perú”, la disciplina de un colegio militar  en Huancayo y su pasión por el teatro, lo motivaron a estudiar pedagogía y especializarse en un nivel elegido mayoritariamente por mujeres.

“Acompañé con mucho amor a mis sobrinos pequeños durante su crecimiento, me gustaba el teatro infantil y descubrí que, a través de la educación inicial, podía realizarme. En la carrera de Educación, yo era el único varón de cuarenta estudiantes”, enfatiza el profesor, al recordar sus estudios en la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión.

En 1992, tuvo su primera experiencia como docente en la IEI Niño Manuelito, ubicada en Oxapampa. Han pasado 28 años y desde hace cuatro que se trasladó a Lima, donde su familia había migrado para que lo más jóvenes accedan a estudios superiores.

Hoy en día, en el contexto de la pandemia del Covid-19 y la implementación de la estrategia “Aprendo en Casa”, Julio Espinoza se comunica permanente con los 24 niñas y niños de cuatro años que tiene a cargo en la IEI N° 101 La Aldea, ubicada en el distrito de Lurigancho-Chosica.

“Con mucha paciencia me gano la confianza de las familias que siempre se sorprendían los primeros días de clase. Mi relación con mis colegas profesoras es muy buena, no hay distinciones, compartimos las actividades, el trato es casi como si fueran mis hermanas”, añade este docente desde su hogar.

Yanela, una hija maestra

Fue gracias a la relación de su padre con los niños, que su hija mayor, Yanela Espinoza Victoria de 24 años, decidió estudiar en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle y, hoy se desempeña como auxiliar de educación en la IE 171 de Ate.

“Es una de las pocas personas responsables y comprometidas que conozco, tiene mucha paciencia y está entregado a su labor como maestro. Valoro sus consejos y su buena actitud frente a la adversidad, me transmite no solo sus estrategias sino también su experiencia, sobre todo me guía con el trato a las familias”, menciona Yanela sobre su padre.

En el marco de la emergencia sanitaria, Julio y Yanela, se han organizado para cumplir con las responsabilidades de la familia, priorizando la atención a los niños y reforzándoles el cuidado de su salud a través de las llamadas y videos de WhatsApp.

Ambos coinciden que educar a los más pequeños es un acto de amor que perdura toda la vida y les piden, que, si algún día necesitan de ellos, los busquen para apoyarlos y acompañarlos.